Supersticiones rusas

La palabra rusa para superstición – суеве́рие [su-ye-vyé-ree-ye] – está hecha de dos partes: «суе» que significa «vano», y «вера» que significa «creencia». Así, supersticiones en ruso se traduciría como «vanas creencias».

Supersticiones rusas

Sin embargo, la cultura rusa es rica en supersticiones y «señales». La mayoría de estas tienen sus orígenes en la antigüedad o en la Edad Media y están asociados con eventos históricos específicos, costumbres, condiciones de vida, etc. Y a pesar del hecho que las generaciones más jóvenes tienen una conciencia más racional, el pueblo ruso sigue «sentándose antes de marcharse” y “golpeando madera”, si es necesario.

Hay muchas más supersticiones rusas de las que podemos incluir en este artículo, de modo que hoy publicaremos la primera parte de ellas.

Señales y supersticiones asociadas con la sal

En Rusia, la sal era considerada un símbolo de eternidad y durante mucho tiempo era bastante costosa. Derramar sal era un gran desperdicio, así como una falta de respeto para la casa que lo acogía. Si alguien con mala intención quería lastimar a los dueños de casa, solo bastaba con darle vuelta al salero. Después de este acto tan imprudente era imposible evitar una pelea. Así, la sal derramada comenzó a significar que una pelea se aproxima.

Sin embargo, las ingeniosas personas rusas encontraron una manera de evitar problemas. Si derramabas sal, bastaba con arrojar tres pizcas de sal sobre el hombro izquierdo y reírse, dejarse golpear en la frente o rociarse con ella en la cabeza.

Otra superstición dice que si la comida está muy salada, entonces la persona que la preparó está enamorada.

No silbe en la casa, ¡o no habrá dinero!

Todos los rusos, incluso los más alejados de las supersticiones, conocen esta señal. Además del hecho de que silbar en una casa puede ser simplemente maleducado, según la creencia popular, es posible atraer a varios espíritus malignos a la casa. También es posible ofender al espíritu de la casa. Luego huirá, llevándose consigo no solo los bienes adquiridos, sino también la paz.

Según otra versión, el viento llega a la casa con un silbato, que también puede sacar toda la riqueza de la casa. Por ejemplo, los marineros siempre tenían miedo de silbar, ya que podía traer una tormenta. Y por el contrario, cuando no había viento para soplar las velas, todos los miembros de la tripulación comenzaban a silbar ruidosamente para atraer el viento.

También se dice que si silbas en una casa, puedes «silbar» no solo el dinero, sino también la memoria.

No digas hola, adiós y no pases cosas bajo la puerta

Para nuestros antepasados, la puerta era un lugar sagrado y peligroso, la frontera entre mundos, donde vivían los espíritus de los antepasados ​​que debían proteger a sus parientes vivos de todo mal. De hecho, en los viejos tiempos, las cenizas de los muertos eran a menudo enterradas debajo de la puerta. Por lo tanto, todas las acciones debían llevarse a cabo dentro de la casa, bajo su protección.

Jinx o mal de ojo

Los rusos creen en la maldición del jinx o el llamado mal de ojo. Esto se aplica especialmente en los niños y recién nacidos. Lo que es más interesante, para evitar el mal de ojo, solo tienes que golpear la madera y el problema supuestamente pasará. Si no hay madera alrededor, entonces tu propia cabeza servirá.

Muchos rusos realizan este simple ritual varias veces al día de forma automática. Nuestros antepasados ​​creían que en los árboles viven espíritus a los que puedes llamar en cualquier momento para pedir ayuda con un golpe.

Junto con la explicación pagana de esta superstición, también hay una religiosa. En los viejos tiempos, los cristianos creían que al tocar una superficie de madera, llamaban a Jesús, quien según la Biblia fue crucificado en una cruz de madera. Esta superstición surgió de la costumbre de dar refugio a un criminal fugitivo en una iglesia. Si tocaba las puertas de la iglesia, se consideraba a salvo, porque desde ese momento la iglesia lo tomaba bajo protección.

Una mujer con una cubeta vacía …

Los rusos creen que si en la mañana, cuando sales de tu casa, te encuentras con una mujer con cubetas vacías, es de mala suerte; si es un hombre, es de buena suerte. Este prejuicio llegó a Rusia desde la India donde se creía que una mujer absorbía energía mientras que un hombre siempre la da.

Cuando ves a una mujer con cubetas vacías, debes pasarla por alto. También puedes hacer un signo de cruz y escupir tres veces sobre el hombro izquierdo. Dos dedos cruzados en el bolsillo también ayudan.

Según otra versión, esta superstición provenía de la vida campesina cuando el agua potable se extraía exclusivamente del pozo. Si de repente pasa una mujer con cubetas vacías, es una mala noticia ya que significa que el pozo se ha secado.

Regresar a mitad de camino es mala suerte

Esta superstición nos lleva de nuevo a las puertas. Si una persona se va de la casa, pero regresa a medias (quizás olvidó algo), entonces su fuerza espiritual se debilita, y en la puerta puede haber sorpresas desagradables en forma de espíritus ancestrales ofendidos que fueron molestados en vano o incluso espíritus en busca de entrar en nuestro mundo.

Para neutralizar el impacto negativo, la creencia recomienda mirarse en el espejo antes de salir de la casa (según algunas versiones, también se debe mostrarse su lengua), en este caso, su poder espiritual reflejado por el vidrio se duplicará. Y nada te hará daño.

Siéntate antes de salir por mucho tiempo

En la antigüedad, viajar era un negocio extremadamente peligroso y se consideraba que los viajeros no estaban vivos ni muertos, sino que permanecían en el tercer estado. Al sentarse justo antes de marcharse, las personas pedían ayuda y protección contra espíritus del hogar.

Según otra versión, los espíritus de la casa no estaban muy contentos cuando uno de los miembros de la familia salía a la carretera, y podían aferrarse a la persona que se estaba yendo, impedirle el camino e intentar traerlo de regreso. Cuando todos se sientan en silencio, los espíritus piensan que las personas no van a ninguna parte y pierden el cuidadi. Luego, el viajero puede salir a la carretera sin demasiado «equipaje» en forma de espíritus incontrolables.

Hay que decir que esta superstición también tiene un significado puramente práctico: sentarse y recoger tus pensamientos antes de un largo viaje te ayuda a no perderte nada importante en el apuro.

No saques la basura en la oscuridad

Esta superstición tiene muchas interpretaciones. Por ejemplo, se cree que un chisme desagradable comenzará acerca de aquellos que sacan la basura a altas horas de la noche. Esta creencia tiene una explicación muy racional, porque es poco probable que alguien que no tiene nada que ocultar comience a sacar la basura exclusivamente bajo la cobertura de la noche.

Esta superstición tiene muchas interpretaciones. Por ejemplo, se cree que un chisme desagradable comenzará acerca de aquellos que sacan la basura a altas horas de la noche. Esta creencia tiene una explicación muy racional, porque es poco probable que alguien que no tiene nada que ocultar comience a sacar la basura exclusivamente bajo la cobertura de la noche.

Los platos rotos son para la buena suerte

Habiendo roto un plato o una taza, los rusos a menudo dicen «para la buena suerte». Nuestros antepasados ​​estaban convencidos de que en caso de un conflicto familiar, es mucho mejor romper el plato que arrojar sus emociones negativas al interlocutor. Al romper un plato, una persona extingue así sus propias emociones negativas y puede confiar en la preservación de las buenas relaciones con su familia. Este ritual en sí no alcanzó nuestros días en su forma original, sino que se convirtió en una creencia correspondiente.

Conclusión

Hoy sabemos que el estado de ánimo bueno o malo de una persona afecta a lo que le puede pasar a una persona. A las personas positivas les pasan cosas buenas. Pero si tienes miedo de algo, lo más probable es que experimentes exactamente eso. Esto puede explicar la popularidad de las supersticiones.

Prepararse solo para lo mejor, eliminar las emociones negativas y el pesimismo. Recuerda que nosotros mismos, y no algunas fuerzas de otro mundo, ya sean buenas o malas, son las que construyen nuestras vidas. Y no solo nuestras vidas, sino también las vidas de nuestros parientes y personas cercanas que dependerán del escenario que creamos.

¡Entonces sé feliz! 🙂

Traducido del inglés por: Esau Daniel

Ingeniero Civil, Músico, Emprendedor Polifacético. Amante de la cultura rusa. Actualmente estudio para mi maestría en Transporte en este gran país.
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